7 de noviembre de 2024
Por la falta de combustible en Bolivia, los servicios públicos en Santa Cruz de la Sierra operan al 40%
Crece la preocupación por la escasez de gasolina y diésel en el país. La recolección de basura y el uso de ambulancias se ha reducido a más de la mitad por falta de carburante
Bernardo Montenegro, vocero de la Alcaldía, indicó que las ambulancias y los camiones de basura pasan horas en las filas de surtidores, afectando la normal recolección de residuos y la atención médica. “El municipio cruceño está haciendo los mayores esfuerzos para cumplir los servicios en favor de la población. Aseo urbano, salud, alumbrado público, seguridad ciudadana son áreas operativas que están sufriendo un retraso. Esperamos que en los próximos días podamos retornar a la normalidad, pedimos comprensión a la población”, explicó.
En medio de esta interrupción de servicios, se está priorizando el recojo de basura en hospitales y mercados. Según el gerente general de la empresa municipal de aseo Ricardo Oviedo, se necesitan 240.000 litros de combustible semanalmente para abastecer las 210 unidades de recojo de desechos, muchas de las cuales no pueden cumplir servicio porque están haciendo cola en los surtidores.
Sin embargo desde hace un año y medio se registran periodos de escasez principalmente de diésel. Las causas de fondo, según varios expertos, son la baja producción local y las crecientes dificultades para importar carburante por la falta de dólares. Según datos oficiales, Bolivia importa el 86% de diésel y el 56% de la gasolina que necesita para abastecer el mercado interno.
El presidente Luis Arce se refirió en agosto a la crisis energética y la atribuyó a la mala gestión de los hidrocarburos durante el Gobierno de Evo Morales (2006-2019), en cual él mismo fue ministro de Economía. A la crisis de abastecimiento se suma la fuga de combustible a través de la venta ilegal en las fronteras, debido a que al ser un elemento subvencionado en Bolivia su precio es comparativamente menor al de los países vecinos.El desabastecimiento genera incertidumbre y molestias a los ciudadanos que no solo deben esperar durante varias horas para llenar sus tanques sino también modificar sus hábitos cotidianos. Hay testimonios de gente que tuvo que pedir permiso en el trabajo para cargar combustible y personas que se mudaron temporalmente a la casa de familiares o amigos para estar más cerca de sus lugares de estudio o trabajo y poder trasladarse a pie.