Miércoles 14 de Mayo de 2025

Hoy es Miércoles 14 de Mayo de 2025 y son las 19:19 - Bienvenido a Pulso Tucumano, donde le tomamos el pulso a la actualidad - seguinos en nuestras redes sociales !!

  • 22.7º

22.7°

El Clima en Tucumán

13 de mayo de 2025

Hasta siempre, Pepe: el legado eterno de un hombre sencillo que marcó a toda América Latina

El expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica falleció a los 89 años dejando un legado de humildad, coherencia y lucha por la justicia social. De guerrillero a mandatario, de preso político a referente mundial, su vida fue testimonio de que otra política —más humana y honesta— es posible.

Por Pulso Tucumano

José “Pepe” Mujica falleció este 13 de mayo a los 89 años y con él se va mucho más que un expresidente de Uruguay. Se va una forma de hacer política con el corazón. Un modo de vivir que incomodaba al poder, precisamente porque no se le parecía.

Desde su modesta chacra a las afueras de Montevideo, Mujica nos enseñó que la austeridad no era una pose sino una convicción profunda. En un mundo saturado de vanidades, él eligió cultivar flores, andar en su escarabajo y donar la mayor parte de su salario presidencial a organizaciones sociales. "No soy pobre, pobres son los que necesitan mucho", decía, como si nos hablara directamente a todos.

Exguerrillero del Movimiento Tupamaros, pasó 13 años de su vida preso, varios de ellos en condiciones infrahumanas. Nunca pidió revancha. Nunca gritó venganza. A la salida de la dictadura, eligió el camino democrático y lo caminó sin desviar el rumbo.

Como presidente de Uruguay (2010–2015), impulsó políticas que posicionaron a su país como faro progresista en la región: legalización del matrimonio igualitario, despenalización del aborto, regulación del cannabis. Pero su obra trasciende las leyes. Mujica nos dejó ideas. Filosofía. Una forma de mirar el mundo.

"Venimos al mundo a intentar ser felices", dijo alguna vez en la ONU, en un discurso que dio la vuelta al planeta. "El desarrollo no puede ser en contra de la felicidad. Tiene que ser a favor de la felicidad humana". Lo ovacionaron. Él, como siempre, bajó la mirada.

Su mensaje cruzó fronteras. Inspiró a jóvenes desde México hasta la Patagonia. Fue ejemplo para quienes creen que otra política es posible. Una política con valores, con conciencia social, sin cinismos.

Defendió la democracia con pasión y también con autocrítica. Nunca se creyó un salvador. No se embriagó con el poder. Fue, ante todo, un hombre libre. Y esa libertad, tan simple y tan escasa, la convirtió en su bandera.

Con su muerte, América Latina pierde a un símbolo. Pero el “Pepe” se queda entre nosotros. En sus frases, en sus actos, en ese ejemplo que incomoda y que a la vez reconforta.

“No te olvides que la libertad es tener tiempo para vivir”, decía.

Hoy, más que nunca, vale la pena recordarlo. Honrarlo. Imitarlo.

Hasta siempre, Pepe. Gracias por tanto.

COMPARTIR:

Comentarios