7 de noviembre de 2024
El “Chino Ántrax”: el narco del Cártel de Sinaloa que escapó de la justicia en San Diego y encontró su muerte
El líder de “Los Ántrax” huyó de la autoridad federal en California para encontrar su trágico final en Culiacán, Sinaloa
Con la presión de mantener un hogar, a su esposa e hija, encontró una solución gracias a algunos amigos, con quienes compartió durante su infancia en Culiacán, Sinaloa, el padre de esta era “El Mayo”. Una vez dentro de las filas del crimen organizado, a Aréchiga le fue encomendada la tarea de realizar “encargos pequeños”, pero con el tiempo logró posicionarse dentro del cártel hasta convertirse en líder del grupo de sicarios conocido como “Los Ántrax”.
DW describió a este criminal como una persona alta, atlética y de piel morena a la que le gustaba presumir sus lujos en redes sociales. Cuando estalló la guerra entre el Cártel de los Beltrán Leyva y la facción dirigida por “El Mayo”, “El Chino Ántrax” tuvo la misión de proteger a Vicente Zambada Niebla, más conocido como “El Vicentillo” primogénito de la cabecilla criminal.Durante una entrevista con el medio, “El Vicentillo” declaró que le dio un vehículo blindado al “Chino” para que vigilara “los alrededores” y autorizó contratar a 20 personas “para que trabajaran con él”. “Toda su gente era pagada por mi padre”, añadió.La caída del mayor de los hijos de “El Mayo” llevó a la captura del “Chino Ántrax” en 2013 en el aeropuerto de Schiphol, Ámsterdam. Un año después de su arresto, en julio de 2014, Aréchiga fue extraditado a San Diego, California, y en 2015 se declaró culpable de conspiración para importar cocaína y marihuana, según reportó LA Times.
Su esposa explicó en una carta a la corte los motivos que probablemente orillaron a su pareja a integrarse a las filas del crimen organizado.Respecto a la relación del “Chino Ántrax” con la familia Zambada, su abogado declaró: “Fueron a la escuela juntos. Jugaron juntos. Participaron en deportes juntos. Asistieron juntos a eventos sociales. Se convirtieron en los mejores amigos”.
Antes de recibir su sentencia, el criminal declaró sentirse “realmente avergonzado” y aseguró que “nunca más” se volvería a equivocar; incluso admitió que le gustaría “poder trabajar honestamente”.Pasó un tiempo en prisión y fue liberado en marzo de 2020 para cumplir el resto de su condena bajo libertad condicional durante cinco años más, sin embargo, cuando un oficial visitó su residencia como parte de una visita programada, no había ningún rastro de Aréchiga, únicamente su teléfono celular. Se emitió una orden de arresto.En mayo del mismo año, oficiales mexicanos encontraron tres cadáveres dentro de un automóvil abandonado en Culiacán. La familia más tarde confirmó que las víctimas eran Rodrigo Aréchiga, su hermana Ada, y su esposo, Juan García.