6 de diciembre de 2024
A 55 años de la tragedia de Altamont: la noche en que una persona fue asesinada durante un concierto de los Rolling Stones
Una mala logística, terribles decisiones y drogas por doquier, fueron la receta perfecta para construir el escenario para el que es considerado “el día que murió el sueño hippie”
Una decisión crítica fue contratar a la sección de San Francisco de la banda de motociclistas Hells Angels para garantizar la seguridad del evento pagándoles con cerveza. Esta medida, aparentemente sugerida por los Grateful Dead, quienes finalmente no se presentaron, contribuyó al caos. La multitud de 300,000 asistentes, con el ánimo alterado por alcohol, LSD y anfetaminas, y la agresividad de los Hells Angels, provocó peleas constantes. Marty Balin de Jefferson Airplane fue golpeado y dejado inconsciente durante su presentación.
Al caer la noche, cuando los Rolling Stones subieron al escenario, la situación era ya insostenible. Mick Jagger fue atacado por un fan al llegar en helicóptero, y durante su actuación, Meredith Hunter, un joven de 18 años, trató de subir al escenario armado con un revólver. Alan Passaro, miembro de los Hells Angels, lo interceptó y lo apuñaló hasta la muerte. La banda, al parecer ajena al homicidio, continuó su presentación para evitar una revuelta mayor.Los momentos finales del concierto fueron capturados en la película documental Gimme Shelter. Passaro fue juzgado por asesinato en 1971, pero fue absuelto tras considerar la evidencia de autodefensa. La autopsia de Hunter reveló que estaba bajo los efectos de metanfetamina.“Creo que nos afectó a todos muy profundamente. Lo único que nos afectó mucho fue que nos acusaran y nos hicieran responsables de lo que pasó. Y realmente no se puede culpar a nadie en ese tipo de histeria colectiva. La gente en Estados Unidos sabe que los Hells Angels son una organización violenta. Sólo por eso, no creo que debieran haber sido contratados como guardias de seguridad, porque eso les da automáticamente una excusa”.
Bill Wayman, bajista de The Rolling Stones hasta 1993, pareció no darle mucha importancia al caso, pues aseguró que el riesgo de ser atacado en el escenario siempre estuvo latente a lo largo de la trayectoria de la banda.Mick Jagger también compartió que, debido a la mala organización que el concierto tenía incluso antes de empezar, muchos de sus amigos le aconsejaron que no se presentara. Además, reiteró el miedo que sintió cuando el caos se desató.
“Algunas personas, amigos míos, me dijeron: ‘Tienes que tener más cuidado, no puedes ir’. Yo dije: ‘Bueno, es más o menos lo que hago, así que tengo que hacerlo’. Si no lo hago, ¿qué voy a hacer? Hubo algunos sitios en los que sí que dio miedo, y hubo muchas confiscaciones de armas y cosas así. No digas que no me asusté, me asusté mucho”.El concierto de Altamont se convirtió en un símbolo del fin del ideal hippie que promovía la paz y el amor a través de la música. Este evento marcó un cambio profundo en la percepción de los festivales de música y la cultura de los años 60.